R.A. Schwaller de Lubicz
IV
LA INTELIGENCIA DEL
CORAZÓN ES PURAMENTE FUNCIÓN DE CONSCIENCIA VIVIDA E INNATA.
El corazón sigue su ritmo, pero no porque un motor le
obligue a ello, sino porque él mismo es el motor del circuito sanguíneo. Cada
célula del corazón sigue este ritmo y la experiencia del Dr. Carrel ha
demostrado lo que ya conocía la
Sabiduría antigua respecto a la Inteligencia Innata
y la Consciencia. Todo
ser orgánico (e incluso cada célula de los organismos de un ser organizado)
tiene una parte de la Vida
general, que es su especificación personal. No es solamente el corazón del
hombre el que bate rítmicamente como un motor: hay seres acuáticos que son un
gran corazón, podríamos decir, y representan el despertar de la Consciencia que será
“Corazón”. Otra consciencia se hará hígado, otra pulmón, etc.: cada función
tiene su órgano, el cual, comparado por ejemplo, con el mineral, aparentemente
inerte, es la encarnación de una Consciencia, es decir, de una Función cósmica
que ha recibido vida corporal. Seria un Museo más autentico que nuestros Museos
cadavéricos el que considerará como historia natural “la Evolución de la Consciencia o Devenir
de la Vida”.
Cada cosa natural en el Universo es un jeroglífico de la Ciencia divina. Cada
animal, cada especie de planta, cada grupo mineral es una etapa de la “toma de
consciencia” de la Causa
cósmica para desembocar en el organismo total fiel hombre humano, el
Microcosmos² - “el hombre a Su imagen”.
El todo, constituido de esta manera en un ser vivo,
completo, es un lenguaje que habla, que se expresa sin cesar en la función
viva, representando la base de la Inteligencia del Corazón, o sea, el Hecho que
mantiene relación con toda la
Naturaleza y por consiguiente la CONOCE.
Este Conocimiento no es objetivo sino real. La Realidad es unión de la Consciencia con el
objeto: hay identidad. Es la función vivida aisladamente e innata en el
organismo la que forma la
Inteligencia del Corazón. Es evidente, pues que hay que
transcribir en la consciencia cerebral y objetiva lo que está en nosotros,
estableciendo la relación de esta Vida en nosotros con la observación de esta
Vida en la Naturaleza. Esto
lo encontramos muy bien expresado por los antiguos egipcios. Se trata del
conocimiento de la Magia
sana y pura, que puede conducir rápidamente a la meta espiritual de nuestra
vida, porque podemos evocar, por simetría
entre los análogos, en el ambiente, la Consciencia del
Corazón que dormita en nosotros.
² En este caso el “Microcosmo” es una imagen para ejemplificar la
idea desarrollada. Es realidad, el hombre
es Universo y no un pequeño Universo a imagen de otro mayor.
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